Un despertar del orgullo nacional fue lo que detono Lorena Ochoa con su magistral triunfo en el Kraft Nabisco Championship, primer major del año del LPGA.
Los jardineros mexicanos que trabajan en el Mission Hills Country Club, de Rancho Mirage en California, tenían preparado el grupo de mariachis para que cantaran una vez que Lorena Ochoa.
Es que después de tantos sinsabores de la selección mexicana de fútbol, que nos tiene acostumbrados cada vez que se presenta en canchas de Estados Unidos con dramáticas derrotas que evocan esa popular canción que dice, “los mariachis callaron”.
Esta ocasión Lorena Ochoa hizo que los “mariachis cantaran”, impregnando de un particular sabor mexicano la tradicional celebración que desde hace 20 años realiza la ganadora de este torneo, donde salta al lago que se ubica frente al green donde se realiza la premiación.
Cada año la jugadora ganadora se limita a saltar al agua acompañada de una o dos personas, pero esta ocasión el sello de México prevaleció para hacer historia y romper con el protocolo.
Lorena Ochoa se acompaño de Don Javier Ochoa su padre, su hermano Alejandro con su esposa, después fueron secundados por Rafael Alarcón y un nutrido grupo de aproximadamente 30 mexicanos que se dieron a la tarea de lanzarse al agua para celebrar.
Sobre los números, 277 golpes totales, para un 11 bajo par, y sacarle cinco golpes de ventaja a Annika Sorenstam su más cercana competidora.
Una presencia avasalladora sobre el green, presentando a los espectadores magnificas ejecuciones con el putt, haciendo del correr de la bola un deleite para propios y extraños.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entradas
No hay comentarios:
Publicar un comentario